
Continuando con nuestro repaso a aquellas iniciativas innovadoras, relacionadas específicamente con la búsqueda de un sector energético más sostenible y accesible para todos, hoy queremos que conozcas el proyecto social Little Sun, dirigido a favorecer el abastecimiento eléctrico de aquellas comunidades más desfavorecidas a nivel energético.
Este ambicioso y creativo proyecto comenzó a ver la luz en el año 2012, desarrollado por el equipo formado por el ingeniero sudafricano Frederik Ottesen y el artista danés Olafur Eliasson, con el fin de facilitar el acceso de la luz eléctrica a aquellas zonas, especialmente de países en vías de desarrollo, que tienen una disponibilidad más limitada para acceder a este recurso.
Para ello, pusieron en marcha la concepción y diseño de una lámpara que se alimenta mediante energía solar, con una estética tremendamente llamativa y atractiva, basada en la flor meskel, y que, con solo cinco horas de carga, permite una autonomía que oscila entre las cuatro y las doce horas de iluminación, en función del rendimiento que se requiera de este dispositivo.
De esta forma, los impulsores del proyecto, que contó con una financiación inicial de más de cinco millones de dólares procedentes de inversores y mecenas externos, se han centrado durante estos años en ofrecer a estas comunidades una fuente de energía eléctrica móvil, que pueda ser utilizada en todas las estancias de su vivienda, favoreciendo además las posibilidades de los niños residentes en ellas cuenten con los recursos necesarios para avanzar en su educación académica y personal.

Otro aspecto a destacar de este proyecto reside en el interés de sus promotores por conseguir la mayor difusión posible de este dispositivo, para lo que establecieron acuerdos de colaboración con un gran número de Organizaciones No Gubernamentales especializadas en ayuda al desarrollo, y que cuentan actualmente con una fuerte implantación en el continente africano.
En definitiva, el proyecto Little Sun se encuadra dentro de todas aquellas iniciativas que se están llevando a cabo en nuestra sociedad para paliar una de las mayores desigualdades que podemos encontrar actualmente en nuestro planeta, como es el hecho de que más de 1.500 millones de personas se vean obligadas a vivir diariamente sin acceso a la red eléctrica, con todos los condicionantes que esto supone en materia de bienestar, calidad de vida, posibilidades de desarrollo y seguridad.